le dice al fin el alma
al cuerpo divino
"- Y apiádate, que está exánime -"
y vuelve en sí
y vuelve en sí
cómo una flor
que el tiempo ignora
¿y qué hora es, y qué día es hoy?
ayúdame, ayúdame!
yo sé que no te traté bien
y olvídame, olvídame, amor
Y al esperar
el viento abrió su corazón,
como un lirio
¿y qué hora es, y qué día es hoy?
te haré un lugar, te haré un lugar
te juro que te haré un lugar
y ayúdame, ayúdame, amor...
Y ya conté, conté la luz,
que se desgrana sobre tu desdén
Y ayúdame, ayúdame, amor
yo seguiría sin saber
(Spinetta)
qué dolor más grande me deja tu partida.
Ay Dios, qué dolor!
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